lunes, 31 de enero de 2011

Las termas romanas de la Aduana

Alejandra Guillén | Málaga www.laopiniondemalaga.es 12/01/2011 Una excavación en la travesía Pintor Nogales ha sacado a la luz restos de los típicos baños romanos en un excepcional estado de conservación. Se pueden relacionar con vestigios aparecidos en otra actuación en el interior del futuro Museo de Málaga.
El entorno urbanístico cercano al Teatro Romano y la Alcazaba sigue guardando en sus profundidades más secretos por descubrir. Las obras de peatonalización del centro histórico, llevadas a cabo por la Gerencia de Urbanismo, se han extendido hacia la zona del Palacio de la Aduana, futura sede del Museo de Málaga, y concretamente a la travesía Pintor Nogales, que posibilitará la conexión entre el casco urbano y el Paseo del Parque.
Esta actuación ha motivado una excavación arqueológica en esta calle, que corresponde a una de las fachadas laterales de la antigua sede de la Subdelegación del Gobierno y donde ha salido a la luz un valioso ejemplo acerca de los hábitos de vida en la Málaga romana. Fue una auténtica sorpresa la que apareció ante los ojos de la arqueóloga Ana Espinar, de la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas. Dada las características de la zona, el equipo arqueológico pensaba que iban a aflorar del subsuelo piletas de salazones o restos de muralla islámica. Aparecieron pero de forma muy escasa. La muy transitada calle Pintor Nogales escondía en sus entrañas otros restos de gran valor histórico, unas termas romanas en un excepcional estado de conservación. Estos hallazgos se pueden relacionar con restos asociados a estas estancias de baño y que han aparecido en la excavación en el interior de la Aduana.
«Están muy bien conservadas. Con estos vestigios, es la primera vez que hemos dicho: Estamos en Roma. La calidad de conservación nos ha permitido conocer más sobre estos recintos destinados a los baños públicos o privados en la época romana. Son un ejemplo de libro del arte romano, además que refuerza la hipótesis de que este entorno de la calle Alcazabilla fue una zona noble, monumental, en la época romana», detalla la arqueóloga municipal, Carmen Peral.
Prueba de ello es la aparición en perfecto estado de todos los elementos que conforman los baños romanos. Se ha localizado el hypocaustum, la parte subterránea de las termas; un suelo radiante que permitía calentar y distribuir el aire caliente. En este sentido, Espinar explica que en un primer momento funcionó como una piscina de agua caliente (caldarium) y después templada (tepidarium). Una parte del suelo del hypocaustum se construyó sobre el propio terreno, mientras que la otra aprovechó un muro de sillares perteneciente a una edificación altoimperial que también se ha localizado en la excavación. «La zona inferior de las termas es de mampostería muy bien careada y la parte superior alterna hiladas de ladrillo con sillarejos bien escuadrados», cuenta Ana Espinar.
Aunque ahora los restos se van a cubrir y proteger con grava y geotextil, el Ayuntamiento estudiará una posible puesta en valor futura dado el importantísimo valor del hallazgo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Los boquerones de Málaga eran el ingrediente principal del "garum" romano

Málaga | EFE 03/01/2011
Los boquerones de la bahía malagueña eran el ingrediente principal del garo, una salsa muy apreciada como condimento por los romanos, quienes le atribuían incluso propiedades afrodisiacas, según ha revelado una investigación en los restos de la factoría de salazones hallada en el Teatro Romano de Málaga.
Durante la excavación realizada en las piletas existentes junto a este monumento se descubrieron restos de la última producción de garo o "garum" que ha sido analizado en colaboración con un proyecto del Departamento de Arqueología de la Universidad de Málaga.
El boquerón predominaba en estos restos, con más del doble de ejemplares que la sardina, y les seguían a distancia los jureles, la brótolas de roca y las lizas, pero también se han encontrado vestigios de caballas, rodaballos y atunes rojos, han informado a Efe fuentes de la Delegación de la Consejería de Cultura en Málaga.
En la producción de este "garum", como era conocido por los romanos, se empleaban boquerones y sardinas con un tamaño de entre diez y doce centímetros de media y una edad de un año, ya en su madurez sexual, que se acercaban a la costa en periodo reproductivo, durante los meses de primavera y verano.
La factoría de salazones hallada en el Teatro Romano de Málaga, en muy buen estado de conservación, estuvo en funcionamiento entre los siglos IV y V después de Cristo y podrá visitarse tras su rehabilitación, ya que se instalará una pirámide de cristal para observar los restos.
En la época romana, el pescado se consumía secado al aire, ahumado, conservado en aceite o vinagre una vez cocido o en salazón, y con las distintas especies se elaboraban salsas como el garo, cuyo precio hacía que estuviese reservado a las capas altas de la sociedad.
Las naves mercantes que transportaban las ánforas con salazón y salsas de pescado malagueño llegaron a muy diversos puertos del Mediterráneo y el Atlántico.
Según las recetas de "garum" de la época, las salsas se elaboraban macerando al sol trozos de túnidos mezclados con sal y complementados con materias primas como las huevas, sangre, vísceras e intestinos, así como especies diversas de pescados locales.
Se sabe también que hubo familias, como la de Publius Clodius Athenius, que basaron su riqueza en la comercialización de las salazones malagueñas.

Bienvenido a la cultura clásica